Las enfermedades de los peces se consideran una de las principales amenazas persistentes para la acuicultura, que representa una pérdida anual estimada de US $ 6 mil millones a escala mundial. Si bien en los últimos años se ha producido una drástica reducción en el uso de antimicrobianos debido a la vacunación y la mejora de las prácticas de cultivo, el uso de antibióticos sigue siendo una práctica común en algunos países con el fin de evitar y mitigar las posibles pérdidas productivas y económicas derivadas de enfermedades. La profilaxis con antibióticos representa un alto costo para los piscicultores y provoca efectos secundarios indeseables, como la bioacumulación de residuos de medicamentos, la contaminación y el aumento de la resistencia a los antibióticos, representado éstos serias amenazas para la salud y la seguridad alimentaria mundial. Bajo este escenario, el crecimiento de la industria acuícola implicará inevitablemente la implementación de estrategias productivas innovadoras y sostenibles, siendo los alimentos funcionales entre los más prometedores. Dentro del abanico de aditivos con propiedades inmunomoduladoras, en la presente jornada nos centraremos en aquellos de origen vegetal o también conocidos como fitogénicos.